Cómo limpiar los mocos de tu bebé
Si sois papás de un bebé, sabréis de sobra que los mocos son un complemento de los pequeños que difícilmente se separan de ellos, especialmente en esta época de resfriados en la que nos encontramos. Los bebés tienen mucosidad prácticamente durante todos los meses de frío, y los expertos recomiendan quitárselos para evitar algunos problemas. ¿No sabes cómo se hace?
En Farmacia PALAMÓS 58 te explicamos todo con detalle.
Los bebés son muy propensos a sufrir resfriados, y se les tapona la nariz muy fácilmente. El exceso de mucosidad les dificulta respirar bien, así como les puede causar molestias para dormir o comer. Cuando los mocos se infectan, puede aparecer sinusitis, faringitis u otitis.
Lo ideal para favorecer a la descongestión es que el ambiente esté húmedo. Para ello, podemos emplear humidificadores, que puedes encontrar en las farmacias.
Formas de quitar los mocos al bebé
Quitar los mocos al bebé es fácil si sabes cómo. Como verás a continuación, existen diferentes métodos para conseguir que los mocos se alejen de una vez por todas de la nariz de nuestros pequeños.
Lo primero que debes hacer antes de emplear cualquier método es realizar un lavado nasal: Los lavados nasales despejan la nariz del pequeño eficazmente. El primer paso es acostar al bebé boca arriba y girarle la cabeza hacia un lado. Posteriormente, aplica suero fisiológico para que las fosas nasales se encuentren humedecidas.
Para limpiar los mocos de la nariz del bebé existen diferentes métodos:
Pinzas nasales: Con estas pinzas podemos expulsar los mocos, aunque estén secos. No os preocupéis, porque cuentan con un tope que impide que las introduzcamos más de la cuenta.
Aspirador nasal de cánula: Éste es el método ideal para aquellos bebés que tienen pocos meses. Como os hemos dicho, lo primero que tenéis que hacer es una limpieza nasal. Coloca el extremo de la cánula de la fosa nasal y el otro en tu boca. Aspira para que las secreciones de queden en el recipiente.
Aspirador nasal ergonómico: Hemos de decir que este método no es tan eficaz como el anterior, sin embargo, es muy sencillo de emplear. Primero debes apretar el bulbo de goma, e introducirlo en las fosas de la nariz. Una vez que está dentro, se suelta poco a poco. Se debe apretar la otra fosa nasal para que sea más eficaz.
No se debe abusar de estos métodos porque pueden irritar la nariz de nuestros pequeños. Los especialistas recomiendan que se haga unas dos veces al día.
¿Cuándo se deben quitar los mocos?
Hay que tener en cuenta cuáles son los mejores momentos en los que tenemos que quitar los mocos:
Antes de dormir: Los bebés aún no han desarrollado el reflejo de respirar por la boca, por eso, los mocos les pueden producir una sensación de ahogo.
Antes de las tomas: Si tienen la nariz taponada no podrán respirar correctamente mientras comen.
Cuándo el bebé esté inquieto: Los mocos les pueden hacer sentir incómodos y facilitan que vomiten.
Cuando escuchemos una especie de ronquido.
Cuidado, no siempre son mocos.
Hay ocasiones en las que podemos pensar que el pequeño está congestionado, sin embargo, no son mocos. Algunas veces los bebés se atragantan cuando toman el biberón o el pecho, y puede que se quede un poco de leche en sus vías respiratorias.
No dudéis en preguntar a vuestro pediatra o farmacéutico de confianza.
En las boticas encontraréis todo lo necesario para que la nariz de vuestro bebé esté totalmente despejada de mocos.